Eran las once y media de la mañana cuando al casi medio centenar de “afortunados” se nos detallaban las fases del experimento: un primer acercamiento por parte de Sociograph, “una empresa que trabaja en el sector del neuromárketing y que utiliza todos sus conocimientos y tecnologías para estudiar tanto el cerebro humano como el comportamiento que tenemos las personas”, para, después de la convincente explicación, ser el propio David, siempre cercano, el que reclamara nuestra atención para comentarnos las dos canciones elegidas para el experimento, que fueron “Al otro lado del mar” – “parece una canción de amor pero habla de lo que sentía cuando estaba en Argentina... La escribí en Uruguay, en la playa, sentado mirando al mar” - y “Delay” – “habla de echar un polvo, del sexo puro y duro y casi sin amor... Se titula ‘Delay’ porque así es como se llama en música un efecto que repite un sonido en el tiempo con la frecuencia que tú elijas. Me parecía que tenía una relación directa con el sexo” -. Después de quince minutos de espera, los resultados nos revelaron unas conclusiones sorprendentes: el impacto emocional, que nada tiene que ver con los gustos, se decantó por “Al otro lado del mar” como segundo single. David nos confesó que para él era la favorita.
Un servidor quiso saber si el experimento sería calificado como fracaso una vez difundido el single en los medios de comunicación sin haber obtenido la respuesta esperada. El artista contestó que “fuera de aquí las cosas pueden funcionar o no. Esta es una comparativa entre dos canciones mías”.
En definitiva, un experimento novedoso que gustó y emocionó. Aunque para un servidor los resultados no fueron los esperados; por su ritmo bailable y pegadizo, a mí me gustó más “Delay”.
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