martes, 27 de septiembre de 2022

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE LOLITA

                                                
Habría sido insufrible ver a ese pedazo de cachas haciéndole el boca a boca a una mujer adúltera, y vanidosa, y casada con un médico mediocre de apellido Bovary. Ver cómo le devuelve la pasión a esa mujer, moribunda de ilusiones, con apenas un soplo de su aliento. Y en complicidad con el silencio de una biblioteca aparentemente vacía. Teniéndome a mí, quiero decir, una jovencita delicada, pubescente, con aspecto de ingenua y con un nombre, Lolita, tan deseable como tentador. Porque sé que si prueba los labios de esa mujer ya no querrá leerme a mí nunca más.

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