De esta manera tan enigmática y a la vez ilusionante nos anunciaba Miguel Ángel Hernando “Lichis” en su cuenta de facebook el parto de su nueva entrega discográfica, un trabajo que promete (y seguro que cumple) no dejar indiferente a nadie. Para hablar del disco me cité con el artista en una cafetería de un barrio a las afueras de Fuenlabrada. A las once menos cinco, en un alarde de puntualidad y compromiso (habíamos quedado a las once en punto), “Lichis” hacia acto de presencia.
¿En qué momento, musicalmente hablando, te encuentras?
Ahora estoy en un momento de retomar el proceso compositivo y de volver otra vez a tocar y cantar temas nuevos. Es otra fase del proceso de evolución que he seguido todos estos años intentando buscar cosas nuevas y estímulos diferentes. Cerré mi estudio en Barcelona, he abandonado mis labores de productor en las que he estado volcado estos últimos años y vuelvo a los escenarios.
¿Cómo has bautizado tu nuevo proyecto?
Lo he bautizado con el nombre de Lichis. Miguelito no le gustaba a nadie, aunque sigo pensando que era una buena opción ya que lo que he hecho ahora no se parece en nada a lo que hice con La Cabra Mecánica. Sin querer renegar de ello, quiero ahorrarme la sensación de que haya parte del público que se decepcione esperando de nuevo “La lista de la compra” o este tipo de cosas que me han dado muchas satisfacciones y que formarán parte de mi vida, aunque ya no estarán aquí. Esta es otra etapa. En el repertorio llevaré alguna canción de La Cabra Mecánica aunque seguramente no las que el público espera escuchar.
Háblame del nuevo disco.
Lo hemos grabado en Nueva York con Joe Blaney en la producción, entre Brooklyn y Manhattan. Se ha grabado en 15 sesiones y las mezclas tardarán otros 10 ó 15 días. Grabamos las bases en directo y luego se hicieron los “reccordings” a posteriori. El proceso ha sido más entretenido y el resultado más vivo, más orgánico. Buscaremos quién lo masterice, también en Estados Unidos, aunque ese es un proceso más rápido. El productor es fundamental ya que el disco tiene una importancia capital. Nunca he creído eso que dicen de que los músicos solo viven de los conciertos. Los músicos tienen que tocar en directo y grabar discos y las dos cosas son muy importantes. Y el productor hace que ese conjunto de canciones tenga una coherencia, un sonido,… A todos los que nos gusta el rock como cultura anglosajona escuchamos discos que tienen una producción increíble. El productor es como un cirujano. Trabajar con Blaney ha sido muy fácil ya que las maquetas las teníamos muy preparadas en cuanto a estructura. Él ha trabajado el sonido y cada músico ha dado su toque personal, sin dirigirlos demasiado y dejándoles que se expresasen.
¿Y qué músicos lo han grabado?
Han grabado un elenco de músicos bastante increíble. Ha estado Andy Hess, bajista de Gov´t Mule y Black Crowes, Pete Thomas a la batería, Jim Campilongo,…Ha colaborado un montón de gente. Ha sido un privilegio grabar y aprender con ellos todo lo que he aprendido.
¿Alguna colaboración?
No, ninguna. Con Leiva grabé una maqueta de un tema muy bluesero. Grabó unos coros muy agudos, él tiene un registro muy agudo, que cuando llegué al estudio no pude reproducirlos. Entonces cogimos la pista de la maqueta y la grabamos tal cuál. Aunque no hay una colaboración estrictamente musical.
¿Y se titula?
“Modo avión”.
¿Cuántos temas hay en el disco?
Diez temas.
¿Vas a sacar algún single promocional?
No me va a quedar más remedio porque no hay otra manera de hacerlo. Hay un tema que se titula “Salir a asustar”, aunque hay otros tres o cuatro susceptibles de serlo. Todavía no lo tengo claro.
¿Y un video clip?
Sí me queda algo de dinero... (Risas). Algo habrá que hacer.
¿Qué músicos te acompañarán en este proyecto?
No lo sé. En la batería me gustaría que estuviera Daniel Ortín, que me acompañó en la última gira con Fito & Fitipaldis, y Jordi Jornet “Cobre” al bajo. Pepo López, guitarrista de estos últimos años, está con Quique González por lo que puede que llame a alguien con el quien no haya trabajado antes. Seguramente también estará Fernando Polaino, tocando guitarras acústicas y eléctricas, con el que llevo muchos años en la carretera.
¿Cuándo tienes pensado presentarlo?
Me gustaría empezar lo antes posible ya que llevo mucho tiempo parado. Ahora tenemos que mover con quién se edita el disco. Hoy el mercado obedece a otro tipo de estímulos aunque espero que podamos salir cuanto antes.
¿Cuál ha sido el último concierto al que has asistido como público?
Gracias al pop, viendo a Quique González. Y en Nueva York estuve viendo a Jim Campilongo en un concierto espectacular. Últimamente también voy mucho a Libertad 8,…
¿Cómo crees que es tu público?
No lo sé. Creo que es un público ecléctico aunque no lo tengo muy claro.
¿Y qué disco me recomiendas?
Aparte de la implicación personal, creo que el próximo disco de César Pop va a ser la leche por todo lo que va a aportar. Un disco con un rollo muy especial de canción de pop mezclada con folk castellano manchego.
¿Qué consejo darías a los músicos que están empezando?
Si tuviera que dar algún consejo les diría que respetaran y cuidaran a sus compañeros en lo personal y en lo profesional.
¿Te gustaría que tu hija Julieta siguiera tus pasos?
Me gustaría que fuera feliz. La felicidad son momentos puntuales; ser artista implica mucha autocrítica y no siempre es satisfactorio. Es lo que amas y te gusta... Quisiera que se realizara como persona y como mujer, que no tuviera que depender de un marido, que fuera independiente y dueña de su vida.
¿Quieres añadir algo más?
Vendo un Ford Fiesta… (Risas).
“Vuelvo a casa. Vuelvo como siempre, vuelvo de esta ciudad con la maleta llena de renovadas ilusiones, música, canciones (muy buenas por cierto), con trabajo por hacer y muchas ganas de realizarlo, con nuevas ideas y formas de disfrutar esta profesión tan loca como apasionante. Gracias sobre todo a “Lichis” por hacerme el regalazo de vivir el nacimiento de, si no me equivoco, el que será el disco del año. Gracias a todos los músicos, auténticos monstruos, que han pasado delante de mí estos días, por esas lecciones de compromiso con la música, ‘savoir faire’, de implicación y respeto. Y por último, gracias a Joe Blaney por enseñarnos tanto en tan pocos días, por sus anécdotas increíbles y su trato familiar, ‘todo bien’. Auténtico y verdadero Rock N' Roll. A todos, thanks folks”.
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