sábado, 12 de mayo de 2012

2012-05-11 - Ara Musa Honra + Mojinos Escozíos – La parodia más acertada del rocanroll

Cuando la sala Penélope decidió apostar por la buena música en directo, ésta empezó a escribirse con mayúsculas. Y es que la “mecenas musical” de la madrileña calle Hilarión Eslava ha renovado su imagen más pachanguera para fijar su objetivo en la buena música, arropada por el ambiente más barroco y lujoso de su decoración. Como adelanta el dicho popular hay que renovarse o morir y la sala ha optado por la renovación. La calurosa noche del viernes 11 de mayo corroboraba esa apuesta la fusión más sabrosa de Ara Musa Honra y el rock más “glamouroso” de los sevillanos Mojinos Escozíos.


A las nueve de la noche Ara Musa Honra empezaba la difícil tarea de caldear el ambiente previo a la actuación de Mojinos Escozíos. En algo más de media hora no solamente divirtieron sino que convencieron al respetable con un repertorio muy bailable, con pinceladas de rock y rebosante de ritmos latinos, tan sugerentes como sugestivos. Canciones como Ganas”, que abre su nuevo disco titulado “Musarañas”, o “Carmela”, lograron el objetivo que el septeto, liderados por una siempre participativa Araceli, tenía en mente: divertir y divertirse. ¡Que los sueños nunca paren!  


Dicen que la fórmula que determina la grandeza de un grupo es que el público sepa qué tema va a interpretar al escuchar los primeros acordes. Esta fórmula es perfectamente aplicable a Mojinos Escozíos que a las diez en punto de la noche salían a escena dispuestos a endulzarnos una vida llena de hipotecas, recortes, banqueros y políticos corruptos. Y lo consiguieron. En las dos horas y cuarto de actuación, bises incluidos, el respetable, que una vez más acudió en masa a la sala Penélope, los sevillanos nos hicieron olvidar las penurias de una vida que nos asfixia pero que no termina de ahogarnos gracias a gente como ellos. Abrieron de la mejor de las maneras con “Qué güeno que estoy“; para entonces el frontman ya se había metido al público en el bolsillo de sus mallas, un público que se divirtió de lo lindo con la cercanía, con la verborrea más irreverente y el desparpajo más surrealista de “El Sevilla”, que le comentaba al resto del grupo: “Quillo, esta gente va a gritar todo lo que queramos”.


Luego acudirían a su obligada cita algunos de sus temas más conocidos. Canciones como “Niño joé”, “¿Me has Dicho Borracho?” (“El Sevilla” ya se bebía las cervezas de un trago), “Ueoh”, “Eco”, “Soy guay” (aderezada con unas bragas lanzadas al escenario y que el frontman se colocó en la cabeza parodiando al inmortal Jimi Hendrix), “Musho gay”, la nostálgica “Ya no me veo la pisha”,  Las burbujitas”, “Federico”, “La pastilla de jabón”, “No tienes huevos”, o “Mi jefe”. Para los bises los sevillanos reservaron los temas “Al carajo”, “Las niñas del colegio de la Salle”, “Sevilla capullo”, para terminar con “No vale pa' ná”, canción que sirvió en varias ocasiones de enlace entre los monólogos y el repertorio.
 

Como decía Porky, el cerdito más famoso de Warner, eso es todo amigos. Un concierto (el de “Los Mojinos”) en el que las canciones y los monólogos (esta vez dedicados a Zippy", “El Puto”, “Vidalito”, “Chicho” y Esteban, los músicos que tan magistralmente acompañaron y aguantaron las historias de “El Sevilla”), viajaron juntos y cogidos de la mano. “Sevilla”: tú si que vales.

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