En “La soledad de lo invisible” conviven dos
novelas; la primera, narra la historia de Caracca, la antigua ciudad hispana
que en el siglo I a. C. Quinto Sertorio, el díscolo general romano enemigo
declarado de Sila, conquista para Roma. Se la arrebata a los carpetanos por la
razón que impone la espada. Contada desde la experiencia de distintos
personajes propone ―y
expone―
a la mujer como protagonista indiscutible de lo relatado. La segunda, nos
descubre un asesinato ocurrido en Driebes, “uno de los cientos de pueblos
estáticos de la Castilla menos manchega”. Las dos historias convergen en el
descubrimiento del Tesoro Preimperial de Plata de Driebes, que actualmente se
encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. En “La soledad de lo
invisible” el pasado y el presente caminan juntos y cogidos de la mano para
desvelar las complejas relaciones que viven los herederos de Caracca. Y se
justifica la Historia para explicar el amor, y el deseo, y la venganza, y la
traición que hoy gobiernan nuestras vidas. Como bien dice uno de los
personajes, amigo lector, lea y sienta, “las historias siempre son maestras
de la vida”.