sábado, 12 de noviembre de 2022

Fragmento de "TODO ME RECUERDA A TI", novela erótica de Amado STORNI. De venta en Amazon


XI
LAS GOTAS DE AGUA
 
Lo que sabemos es una gota de agua;
lo que ignoramos es el océano
 
Isaac Newton; inventor inglés
 
 
I
 
   Lo que más me excitaba era ver cómo en aquel cuerpo curvilíneo las gotas de agua luchaban por no caer al suelo o no evaporarse con los rayos del sol. Ver cómo en aquel cuerpo curvilíneo las gotas deslizaban el deseo, un deseo tan placentero como efímero. Abandonar ese cuerpo era como saltar al vacío sabiendo que estrellarse contra el suelo era morir de placer. Aunque la muerte no importaba después de haber saboreado cada rincón de aquel cuerpo, un cuerpo que tantos y tantos hombres hacíamos nuestro con la mirada. En el agua, Leire se sentía como un pez en un acuario: atrapada pero protegida, limitada pero aventurera; arrogante de saber que cada gota luchaba con sus semejantes por acariciar su cuerpo y permanecer en él el mayor tiempo posible. Millones de gotas repartidas por aquel cuerpo perfecto, acomodadas en sus senos aniñados, deslizándose por su vientre, acariciando su cintura caprichosa, tocando el cielo de su verticalidad más deseada, la tersura de sus muslos y recorriendo el atajo interminable de sus piernas. Un segundo después aquellas gotas caían al suelo agotadas, abatidas por la gravedad y la inercia, resignadas pero satisfechas. Era entonces cuando morir derretidas en aquel bello cuerpo, salvaje y exclusivo, no importaba nada.
 
II
 
   Cuando me miraba imaginaba que me soñaba desnuda. Y sus sueños, que eran los míos, se abrazaban a mis noches como el deseo se abraza a la ausencia, como la ausencia se abraza al olvido. Sentía en mis caderas las caricias impúdicas de su mirada, sus pupilas clavándose en mis senos aniñados, sus ojos despeinando el rubio de mis cabellos. Soñaba despierta e imaginaba cómo sus desvergonzados dedos buceaban entre la seda de mis bragas en busca de mi sexo. Le imaginaba paseando su lengua por mi espalda, bajándome con delicadeza las braguitas hasta alcanzar las rodillas, dándome mordiscos en el culo para luego recostarme sobre la encimera y separarme las piernas para así acceder más fácilmente a mi sexo, que se ofrecía como un vergel aún sin explorar. Y su lengua se introducía con maestría dentro de mí sin violentarme, con método y mesura, con cariño y disciplina. Entonces observaba el reflejo de mi cara en el cristal de la vitrocerámica y contemplaba el rostro de una mujer abstraída de placer. 
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   El libro (tapa blanda) se puede adquirir en Amazon por el módico precio de 8,35 euros. El e-book tiene un precio de 3,01 euros.

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