Apenas había cumplido 15 años cuando llegó a mis manos un ejemplar de la revista Heavy Rock. ¡Qué pasada! Por fin una revista que recogía en sus páginas todo aquello que yo sentía como mío y que trasladaba al papel muchos de mis sueños. Miles de crónicas de conciertos que relataban en sus páginas las experiencias que yo mismo había vivido. Quizás la revista sea una de las muchas razones por las cuales me he convertido poco a poco en un melómano convencido. Hoy, casi treinta años después, escribo en la mítica publicación para que otros hagan suyas mis palabras, escritas en primera persona del singular pero sentidas en primera persona del plural, para que otros experimenten con mis escritos las sensaciones placenteras que yo experimenté con los escritos de otros compañeros, algunos tristemente desaparecidos. Hoy siento que la música y la palabra vuelven a viajar juntas y cogidas de la mano; hoy vuelvo a tocar el paraíso.
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