A las ocho y veinte de una apacible y animada tarde en la capital de España, Bounce, banda que rinde un merecido homenaje y un cálido tributo a Bon Jovi, hacían acto de presencia en el escenario de una sala Caracol que para la ocasión registró una pobre entrada. En el repertorio no faltaron temas como “Raise your hands”, “Born to be my baby”, “Lay your hands on me”, la preciosa balada “I'll be there for you”, la coreada “It´s my life” (que introdujeron con un pasaje del tema “Sweet dream” de los londinenses Eurythmics), y los clásicos “Runaway”, “You give love a bad name” y “Livin' on a prayer”, canción con la que se despidieron después de algo más de cuarenta y cinco minutos de actuación. Apuntar que el grupo, siempre muy animado y activo, gustándose y gustando al respetable, no estuvo arropado por el equipo técnico (microfonía) que complicó su lucimiento. Por lo demás, una banda muy conjuntada que cumplió a la perfección con la difícil tarea de calentar el ambiente para la actuación de los legendarios Helix.
A las nueve y cuarto de la noche salían unos esperadísimos Helix. Después de una bellísima introducción basada en un meddley de temas de la propia banda interpretados por un elenco de instrumentistas clásicos, sonaban los acordes de “No rest for the wicked”, un tema con el que el guitarrista Kaleb "Duckman" Duck tuvo algunos problemas con su instrumento. Luego acudirían a su obligada cita sonora temas como “Wild in the streets”, “Even Jesus (Wasn't loved in his hometown)”, rescatado de su ultimo disco, al igual que la canción que lo bautiza, “Bastard of the blues”, “When the hammer falls” que precedió a un entretenido solo de bajo a cargo de Daryl Gray, “Running wild in the 21st century”, el bailable “Make 'em dance”, y el clásico “Gimme good lovin'”, que dio paso al momento más entrañable con la interpretación de las baladas “(Make me do) Anything you want” y “Deep cuts the knife”.
La banda estuvo muy activa en todo momento, animando y endulzando con su cercanía a un público siempre participativo y que disfrutó del espectáculo con canciones como “Heavy metal love”, “Animal house“, “William tell overture”, con la que el grupo hizo alarde de su precisión técnica, y sobre todo con el clásico “Rock you”, que sirvió para poner punto y seguido a una encomiable actuación en la que Vollmer y compañía disfrutaron e hicieron disfrutar.
Para los bises, los canadienses se reservaron el tema “I'm a live Frankenstein”, con el que dieron por finalizada una actuación que duró poco más de hora y media dejando al respetable con ganas de mucho más. Quizás sea la única mancha de un concierto sin mácula, con canciones muy bien arregladas, interpretadas con estilo y que enmarcaremos para siempre en nuestra memoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario