El blues siempre estará de moda para quienes no olvidamos las raíces. Con el blues empezó todo. Y el rocanrol lo redirigió por la senda más popular, que no populista; una senda sin atajos y algunas veces, la mayoría, con más penas que glorias. Dos ingredientes – blues y rock - que maridan a la perfección con el buen hacer y los principios musicales de los madrileños 14-30, un grupo anclado en la tradición – casi veinte años de inagotable constancia – con claras proyecciones de futuro. Un trío musical - esto es, Stone Gómez a las guitarras y la voz, José Luis Bielsa“Karín” al bajo y Miguel Ángel Guillermo a la batería – que da a luz discos muy completos que mejoran en directo.
“Vieja escuela”, séptima entrega en su dilatada discografía, se afianza en los principios de un blues rock muy dinámico, cocinado a la vieja usanza, con un estilo propio y unas letras en castellano. Diez cortes - más una bonita introducción con guitarra acústica – endulzados de un rock pegadizo y bailable en los que 14-30 vierte toda su pasión y energía – a la primera escucha encandilan “La brecha”, “Todo mi amor”, que cuenta en su haber con un riff poderosamente adictivo y desenfadado, “Chica del 32”, "Hard Riders", más hardrockero, “Saca papel”, o “Importante”, que recuerda gratamente en su estructura final – un incólume solo de guitarra -, a Lynyrd Skynyrd y su perfeccionista “Free bird”. El disco, que ha sido grabado, mezclado y masterizado en los valencianos estudios X´Records, conmemora el triunfo de la sencillez, más cercana y compartida, sobre el virtuosismo.
Avalados por su calidad instrumental, el cuidado look de la banda ayuda a creer lo que tocan. Las canciones transmiten y el grupo, también. Y aunque la imagen es de suma importancia usted bien sabe, amigo lector, que sin actitud no hay rocanrol. Y 14-30 la tienen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario