¿Qué ingredientes no pueden faltar en una canción para que sea perfecta? Según el maestro Joaquín Sabina, en palabras confesas a un servidor por su acólito Pancho Varona, “una buena canción tiene que tener una buena letra, una buena música y algo más que nadie sabe qué es pero que sin eso no es una buena canción”.
“Princesas” es el sugerente título de la primera entrega discográfica de Willy Miralles – con otro nombre artístico autoeditó un trabajo anterior que bautizó como “Reflejos” -, un jovencísimo “popcantautor” que auspiciado por su talento y su arrogancia juvenil, se atreve a cantar contando, un binomio que raras veces abraza las composiciones de las jóvenes promesas. Producidas por Gabriel Castellano y Carlos González y grabadas, mezcladas y masterizadas en los madrileños estudios Piccolo, las once canciones que conforman la placa son verdaderas apuestas de futuro. De un futuro con sabor a radiofórmula – cumpliendo a rajatabla el objetivo comercial de este tipo de canciones -, pero futuro al fin y al cabo.
Porque Willy, Géminis y olivense de nacimiento, ensimisma los caprichos más juveniles con canciones bailables, creíbles y vestidas de domingo; destacan cortes como "Princesas de mar", todo un manifiesto de entusiasmo musical – “Y ahora que nadie espera es el momento perfecto: salta, corre, ríe, grita, esta es tu vida” -, “Long Ben”, “Igual que siempre”, “La tonta del pueblo“, rescatado de su etapa en Algo en común, su primer grupo musical, “Hablemos”, una preciosa balada impregnada del regusto compositivo de Despistaos, o “Perdido”, más cercano a la refrescante fórmula de Maldita Nerea, además de los dos en los que muy acertadamente colabora la entregadísima Xandra Garsem, una “sirena del pop” que triunfa en Youtube – “Hoy me sabe todo a ti” y “Si te vas”.
Amigo lector, le invito a que escuche el disco para que conteste con autoridad. ¿Cuántas canciones cree que son perfectas?
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