Saxon es de esos pocos grupos que nunca defraudan. Los he visto teloneando a grandes del heavy rock a quienes, a base de tesón y buenas canciones, se han comido musicalmente hablando; un grupo que cuando va de cabeza de cartel nunca se deja pisar el terreno. Y es que la banda británica, liderada por un incombustible Biff Byford, sabe guiar sus actuaciones por la senda del encanto y el disfrute. Como debe ser.
Pasaban cinco minutos de las nueve de la noche cuando Saxon, una máquina musical siempre bien engrasada, hacía acto de presencia en el escenario de la sala Arena, que para la ocasión registró una muy buena entrada. Después de la intro titulada “Procession”, el tema elegido para romper el hielo escénico fue “Sacrifice”, rescatado de su última y homónima entrega discográfica. Venían a presentar el disco y de él descargaron temas como “Wheels of terror“, “Guardians of the tomb”, “Stand up and fight” o “Night of the wolf”, todos ellos muy aclamados por el público. Aunque donde el respetable se encontró más a gusto fue coreando los temas clásicos; dentro de este apartado no faltaron himnos como “Power and the glory”, una canción que eleva mi adrenalina siempre que la escucho, como sucede con “747 (Strangers in the night)”, que tampoco faltó a su cita. También lo hicieron “Heavy metal thunder”, la preciosa y sentimental “Broken heroes”, que el público enfervorecido pidió desde la platea, la contundente “Solid ball of rock”, “Motorcycle man”, “Strong arm of the law”, o “Wheels of steel”, canción con la que, después de hora y media de intensa actuación, dieron por finalizada una primera parte en la que el público y las canciones siempre fueron protagonistas y en el que frontman Byford estuvo muy bien arropado por los milimétricos y precisos Paul Quinn y Doug Scarratt a las guitarras, por el incansable y participativo Nibbs Carter, al bajo, y por un perfeccionista Nigel Glockler a la batería, que nos dedicó un espectacular solo que el público agradeció con sus aplausos.
Para los bises la banda se reservó los temas “Crusader”, “Denim and leather” y “Princess of the night”, tres temas que pusieron el punto y final a un concierto que terminó en el punto más álgido y que como siempre dejó al público satisfecho y con ganas de más. Será por eso por lo que me gustan tanto los directos de Saxon, porque en ellos soy inmensamente feliz. ¡Hasta la próxima!
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