Según
El disco se abre con “Intro”, un corte muy melódico que no llega al minuto de duración y al que dan merecida continuidad temas tan emblemáticos como “Gritos de esperanza”, muy pegadizo (que no comercial), “Amanecer”, con reminiscencias del mejor heavy metal de los años ochenta (en mi opinión de lo mejor del disco), “Disfrazada”, con unos arreglos de guitarra vestidos de domingo, “Nunca más”, un medio tiempo que, in crescendo, supone un puente entre la magia y lo convencional, o “Lealtad”, que cuenta en su haber la fusión entre el rock y la música épica y medieval, ritmos que endulzan sin empalagar. Ponen punto y final los temas “¿Alguien da más?”, muy en la línea de los Judas Priest más legendarios – “atrapada por los muros de esta maldita ciudad, echo de menos sus brazos, una noche más“ -, e “Hibernia”, una exquisitez instrumental en la que los músicos hacen gala, una vez más, de su talento interpretativo. En definitiva, un disco muy recomendable que insufla al espíritu unas ganas imperiosas de bailar (yo lo he hecho un par de veces mientras escribía la presente reseña) y que seguramente hubiera ganado en consistencia y empaque sonoro con una mejor producción (en este trabajo a cargo de Rodrigo Pérez – Alquimia Studios). La calidad instrumental del grupo nos invita a seguirles en directo, su hábitat natural, donde su apuesta musical, emulando al buen vino, mejora y deleita.
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