Hay conciertos que destacan por su idiosincrasia, otros por el público asistente y otros por los grupos que nos deleitan con sus experiencias musicales. Sin embargo, hay otros que lamentablemente también lo hacen por la desagradable aparición de deficiencias técnicas. El concierto celebrado el pasado veintitrés de marzo en la emblemática sala We Rock destacó por todo lo anterior. Y aunque el local se caracteriza por su sonido claro y envolvente, su seña de identidad fue la mancha que tiñó de ruido y acoples tres buenas actuaciones.
A las nueve y cuarto de la noche se presentaban Antigua, una banda muy bien liderada por el incombustible Juan Olmos y que dejó, en sus cincuenta minutos sobre el escenario, muy buen sabor de oído. Con unos riffs y unas canciones muy arropadas por la calidad y la calidez tanto instrumental como letrística, el frontman echó en falta a un público que a esas horas todavía no había hecho acto de presencia – “vamos a cambiar esto de la puntualidad de los conciertos. Gracias por venir, por escucharnos y por intentar creer en nosotros”. “Tu sangre”, “Por una vez”, “Mientras caiga” o la acertada versión del tema “Es nuestro momento”, de Asfalto, para la que se contó con la inestimable colaboración de Jose Luis Rodríguez, alma máter de Isthar, fueron la guinda de un pastel que nos endulzaba sin empalagar. Para entonces la gente ya se había despertado de su letargo y arropó con su aliento vital la actitud de una banda que destila cercanía y agradecimiento por sus cuatro costados. Antigua nos brindó el tema “Te crees algo especial”, adelanto de su próximo disco y al que darían merecida continuidad canciones como “Quiero volar”, con Juan sentado en el escenario del que se bajó para sentir el calor de un público siempre entregado, y “Show Business”, que puso punto y seguido a una actuación en la que el Sr. Olmos demostró ser, además de un artista que ama la música, una persona muy agradecida, actitud que tanto se echa en falta no solo en el rock sino en la vida.
Pasaban veinte minutos de las diez de la noche cuando Isthar, liderados por el incombustible Jose Luis Rodríguez a la voz y al bajo, hacían presencia en el escenario para presentarnos temas de su nuevo disco, que verá la luz próximamente.
Iniciaron el show con “Carretera y manta”, un clásico en la discografía del grupo, al que dieron merecida continuidad los sempiternos “La tormenta”, y “En el mundo de los sueños”, dos temas empapados de una nostalgia siempre actual. “Esperando el momento”, fue el primero de los cuatro temas nuevos que compartieron con nosotros – los otros fueron “Mal asunto”, un precioso tema que cuenta la historia de un hombre para el que la música es su única fuente de energía, la balada “La sagrada familia”, que contó con la colaboración de las (preciosas) voces de Angelita Gómez y Juan Olmos, y “Yo estuve en tu situación” -. “Di de alta a mi psiquiatra y me senté en su sillón”, y “Vagabundo”, otros dos clásicos con temáticas también muy actuales, dieron por finalizada una actuación en la que, en sus cincuenta minutos de duración y a pesar del mal sonido inicial, los presentes nos fuimos con el buen sabor de boca de unos temas nuevos que seguro harán la delicia de todos los fans el grupo.
A las once y media de la noche Chino Banzai, presentaba los credenciales de aquel rock que buscó atajos por los caminos de nuestra juventud de barrio y billares. “Buenas noches. Muchas gracias. Necesitamos vuestra voz y vuestra comunicación”, nos pedía un siempre sincero Valentín del Moral, “El Chino”, para cantarnos después las delicatessen de un grupo que marcó nuestros sueños de rocanrol y acné. Y así acudieron a su obligada cita temas míticos como “Voy a tu ciudad”, “Funciona legal”, una versión muy acelerada de “Coche rápido en la noche“, “Rock duro”, o “Banzai“, clímax de la actuación y que reunió en el escenario de nuevo a Jose Luis Rodríguez y a Juan Olmos – un agradecido Valentín pidió un fuerte aplauso para ellos por ser los responsables de la entrañable velada -, que arroparon a los temas nuevos para, entre todos, hacer la delicia de los presentes: “No le pares”, “Vamos, corre”, “Luna rota”, “Gatos“, la preciosa y sentida balada titulada “El color de la verdad” y “Balas de hierro”. Apuntar que “El Chino” siempre estuvo muy bien arropado por las guitarras de Miguel Ángel López “Cachorro” y Casta, por Micky al bajo y por Teo Suazo a la batería. Pusieron punto y final a una hora de actuación los temas “Amigo”, que la gente cantó a rabiar y “Héroes”.
A pesar de que en ocasiones el (buen) sonido brilló por su ausencia, los tres grupos demostraron con sus canciones y su presencia escénica que tienen mucha voz y mucho voto en esto que llamamos rock nacional. Y eso es de agradecer.
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