SE dejó deshojar MARGARITA
toda la juventud
de los pétalos de su camisita
y su canesú
en aquel club donde por dinero
algún príncipe azul
descubría el Amor verdadero.
ESPERANZA pasaba las horas
pidiéndole al mar
que las noches vistieran de auroras
su soledad
pero a un puerto sin embarcadero
nunca suelen llegar
las caricias de los marineros.
Cuando el tiempo me niega el saludo
me invento otra vez
todo aquello que alguna vez pudo
haber sido y no fue.
El Amor se empeñó vida mía
en volvernos a ver
juntos en una fotografía de carnet.
LIBERTAD era aquella reclusa
que se declaró
inocente aunque bajo su blusa
escondía el corazón
que una noche sus labios pintados
del color del Amor
le robaron a algún despistado.
SOLEDAD era aquella estudiante
que quiso dormir
en la única plaza vacante
de mi porvenir
pero se encaprichó de un pipiolo
en Serrano “La Nuit”
y sin Soledad me he quedado solo.
Cuando el tiempo me niega el saludo
me invento otra vez
todo aquello que alguna vez pudo
haber sido y no fue.
El Amor se empeñó vida mía
en volvernos a ver
juntos en una fotografía de carnet.
A la urgencia de los descampados,
al perfume de Amor de una noche,
al sabor de los besos robados,
al asiento de atrás de los coches.
A los sueños que no despertaron,
al escote del las quinceañeras,
a las novias que nos olvidaron,
al aliento de la Primavera.
A PAQUITA, BEATRIZ, ALEJANDRA, ALFONSINA,
a CRISTINA, BELÉN, DULCINEA, MIRANDA,
a SUSANA, ISABEL,TRINIDAD, CAROLINA,
a VIRGINIA, RAQUEL, ASUNCION y YOLANDA.
Sobre todo a YOLANDA.
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